El cuerpo humano ha sido diseñado para moverse, por ello requiere realizar ejercicio de forma regular. Esto se traduce en que llevar una vida activa sea muy saludable, produciendo numerosos beneficios tanto físicos como psicológicos. Algo que, lógicamente, también vale para los niños, que necesitan de la práctica deportiva no sólo para divertirse, sino también para una mejor formación física y psíquica.
Para la OMS (Organización Mundial de la Salud) estar sano es “el estado de completo bienestar físico, mental y social y no solo la ausencia de enfermedades”. El niño que se aficiona al deporte desde pequeño tendrá, por tanto, una vida más sana y un mejor desarrollo físico.
En el proceso evolutivo los músculos de los niños muestran diferencias de tipos; morfológicos, histológico y bioquímico en relación con los adultos. Como consecuencia de ello la velocidad de contracción muscular de los niños es más baja que en los adultos, siendo su sistema óseo más elástico que el del adulto a causa de una menor calcificación, aunque por contrario es menos resistente a la presión y a la flexión.
En cada etapa evolutiva será conveniente realizar un tipo de ejercicio para desarrollar la musculatura y en definitiva la fuerza, acorde con el grado de maduración y crecimiento de la persona.
Por ello nuestras clases van dirigidas a niños a partir de 7 años hasta los 13, ya que la fuerza no tiene un gran desarrollo, ni hay grandes diferencias entre chicos y chicas. Estas edades son muy delicadas, ya que los tejidos conjuntivos (tendones, ligamentos y cápsulas articulares) y las estructuras óseas articulares son muy plásticas y débiles porque todavía no están formadas, con lo cual la práctica de ejercicios controlados, como los realizados en Pilates San Fernando a estas edades va a evitar ; peligro de malformaciones, pérdida capacidad elástica y riesgo de lesiones, al ser un método dónde no se aplican grandes cargas y dónde todos los ejercicios van acompañados de un ritmo respiratorio encargado siempre de oxigenar al cuerpo en su totalidad.
Teniendo en cuenta todos estos factores, nos basamos fundamentalmente en ejercicios y movimientos naturales, como la flexión, rotación, extensión e inclinación lateral en todos los planos del movimiento. Aumentando con ello la capacidad funcional de los grupos musculares extensores que facilitan la correcta postura y la actitud corporal.
A partir de los 13 años, se aumenta la fuerza debido a la coordinación intramuscular y al crecimiento fisiológico (aumento del tamaño corporal). Con lo cual a partir de ésta edad se pueden acoplar a las clases con adultos, siempre con variantes, adaptaciones y modificaciones de resistencias y fuerzas.